sábado, 22 de octubre de 2011

El pan de cada día

Me enojé, me enojé mucho cuándo un pinche micro decidió estacionarse justo enfrente del parabús, haciendo que el resto de los camiones se pasara de largo, sin hacer parada -incluyendo el que tenía que llevarme a la escuela-. Es que en serio, puro miembro destacado del Reino Monera maneja estas unidades; la velocidad depende de su humor, las cuotas son ridículas y el estado en el que están los micros es risible. Soy muy pobre como para comprar un auto, además de que siempre he preferido no manejar -ese tema lo veremos en otro capítulo- pero no por eso tengo que exponerme a la muerte en micro, es francamente ridícula la situación.

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