Más allá de la maldad humana, las enfermedades y la contaminación, creo firmemente que los males de la época surgen de la misma fuente: el exhibir por exhibir, el presumir por presumir. Condeno los celulares con cámara y los grandes egos. De eso están llenos las redes sociales, un remedo de personalidades genéricas que bien se pueden agrupar en oligofrénicos, subnormales e imbéciles con gusto por el animal print, los altos copetes y demás cosas igual de banales.
No necesitamos ver tu cara en cada uno de los 360º. No necesitamos ver tu ropa de tianguis. No necesitamos ver tu mal gusto para combinarla. No necesitamos verte.
No necesitamos ver tu cara en cada uno de los 360º. No necesitamos ver tu ropa de tianguis. No necesitamos ver tu mal gusto para combinarla. No necesitamos verte.
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