sábado, 5 de noviembre de 2011

De amibas

S. Zurita: Oye Jaime, el otro día Joni Mitchell –la famosa cantante y compositora- la estaban entrevistando y entonces, éste, le hicieron alguna pregunta sobre Bob Dylan y dijo que Bob Dylan es un plagiario y bueno, se armó la grande ¿Tú qué opinas? O sea, toma frases de un montón de gente a cada rato en cualquier canción hay una frase de Tennessee Williams y otra de F. Scott Fitzgerald y de pronto, éste…

J. Lopez: bueno, la composición en muchos sentidos es como el diseño; se parece mucho al diseño gráfico: tomas elementos comunes –incluso grandes lugares comunes- y lo… creo que aquí lo interesante es encontrar una voz personal en un lugar común y el trazo Dylan sí existe, más allá del lugar común. Lo que sí se sabe es que sí se adjudicó varias canciones que eran (editorialmente hablando) éste, las, ahora sí que las hizo suyas porque nadie las reclamaba. No sé cómo estaban las cuestiones de derechos  autorales en su momento (todavía en los 60), pero había tonadas que eran del, ahora sí que del dominio popular, público pues y él las tomó, les dio una revolcada y las firmó como Dylan, pero pues bien se sabe que ahí, ya de por sí es un pseudónimo, es un personaje. Dylan es el que mejor ha sabido jugar con estos lugares comunes, entonces yo creo que sí, no sé si la palabra plagio sea demasiado.

S. Zurita: pues yo pienso que sí. Bueno, tú por ejemplo, El Mequetrefe es una canción hija de Mack the Knife  -la canción de Kurt Weill y Bertolt Brecht- .

J. López: uno cree en los guiños: no hay mejor fusil que el descarado ¿no? O sea, también, o sea, Paul McCartney en un célebre entrevista con Playboy hace muchos años, decía, “nosotros éramos los grandes plagiarios, somos los grandes plagiarios de la historia. Nosotros oíamos a la Motown, así a fondo y la mejorábamos”. Y entonces, Dylan oyó a fondo al folklore de su tiempo, leyó creo que toda la obra poética importante, éste, clásica y ahora sí que hizo digestión. A final de cuentas –para bien o para mal- lo que defecó (risas) lleva su firma y sus amibas. Yo creo que aquí lo que cuenta es, más que nada, el estilo ¿no? Que es esa piedra en bruto que se pule con el tiempo.

S. Zurita: ¿¡Queobo!?

J. López: Y… no sé, hay gente que sí se le nota el plagio ¿no?

S. Zurita: ajá, es que sí, bueno,  pero si lo conviertes en otra cosa, o sea,  de Mack the Knife…

J. López: por ejemplo, exacto,  yo venía… yo hice, estuve diciendo, pues todo el mundo conoce, obviamente a Mack the Knife, luego a Pedro Navaja, pues ésta es la versión chilanga El Mequetrefe, jugando con esa sobrevivencia del personaje.

S. Zurita: que también Chico Buarque lo hace en Malandro.

J. López: ¡exacto! 

S. Zurita: Pero bueno, el mismo Shakespeare. Había otras dos obras que se llamaban Hamlet que se trataban de lo mismo y una se escribió dos años antes.

J. López: era a final de cuentas una reverencia a Brecht.

S. Zurita: ¡Sí, claro!

J. López: es como decir, de aquí somos, pues ¿no? Es una reverencia, más que un homenaje. No, es que también con los homenajes se hace cada cosa… De Dylan, igual que de Agustín Lara y de Juan Gabriel y de todos los hombres de la rotunda (risas) pues sí, ahora sí se rumora todo esto. Pero yo creo que si juegas abierto, póquer abierto, bien sabes dónde, ahora sí, blofeaste o metiste el caballo en la cuenta.

S. Zurita: Esa respuesta sí necesitaba yo saberla, de Jaime López.

Extraído del podcast de Dispara, Margot, Dispara, del 6 de mayo del 2010. 

Estudio Diseño Gráfico en la UAM Azcapotzalco y cuando escuché que Jaime López hacía una analogía entre música y diseño, descanso mi alma. A lo largo de la carrera llevamos materias teóricas que más o menos dan una guía de las condiciones para llevar a cabo un exitoso proceso de diseño. Pero lo que nunca nos dicen es que es permitido y que no. Una maestra nos dijo que el diseño es más complicado que la matemáticas o cualquier ciencia exacta porque las soluciones a un problema son tantas como las cabezas que las generan, mientras que para un problema matemático, la respuesta es una y no otra. Pareciera que lo que se permite y lo que no, es lógico, pero si entraran a ver los trabajos de mis compañeros verán que no. Dar completa libertad es una locura, nosotros como estudiantes no entendemos que el diseño se piensa y se piensa y se piensa hasta que te duele la cabeza y se boceta hasta que se te acalambra la mano, no es cuestión de ingenio del más oportunista, es metódico, pero muchos de nosotros no lo terminamos de entender o nos da hueva. 
Y pues en cuestiones de plagio, no se cansan de decirnos que no inventaremos el hilo negro, pero concuerdo completamente con Jaime López: hay que digerir lo que tenemos a la mano y cagar nuestras propias propuestas. 

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