Como muchos han muerto y no tenemos fotos de todos, pusimos sus nombres en las veladoras. Quedó padre nuestra ofrenda, con su siniestro y todo (casi me convierto en niño Michou y Mau). Es de las tradiciones que no me parecen una cursilada, me chiflan los colores y como huele el cempasúchil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario